10 mar 2014

Tres bibliotecas rosarinas y sus experiencias con soportes digitales

Permiten buscar y consultar libros en línea. Aseguran que mejoran el servicio sin abandonar su tarea educativa. Hablan las autoridades de la UCA, la Facultad de Ingeniería y la Estrada.

La UCA Rosario ofrece un moderno equipamiento en su biblioteca, que permite identificar los libros y facilitar el autopréstamo a los usuarios. (Foto: V. Benedetto)

Con el paso del tiempo y las necesidades de sus socios, algunas bibliotecas públicas y privadas de Rosario lograron incorporar recursos tecnológicos tanto en la búsqueda de libros y el registro de sus catálogos como en la disponibilidad de publicaciones y revistas electrónicas. Sin embargo, para acceder a dispositivos de lectura para e-books, las bibliotecas todavía deberán modificar su infraestructura y ofrecer mayor conectividad.
Un informe publicado por la Asociación Americana de Bibliotecas (American Library Association) revela que aproximadamente el 67 por ciento de las bibliotecas públicas de Estados Unidos ofrecen acceso a libros electrónicos. ¿Qué tan lejos estamos de estas bibliotecas futuristas, que reemplazaron sus libros impresos en estanterías por hileras de pantallas que prestan ediciones electrónicas?
Para conocer las propuestas que ofrecen hoy algunas instituciones públicas y privadas de la ciudad, LaCapital consultó a los directores de la Bibliotecas de la Universidad Católica Argentina (UCA) y de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (UNR); y también a la responsable de la Biblioteca Estrada (Municipal). Estas instituciones, a diferencia de otras que todavía funcionan mediante el catálogo en fichas y la anotación manual, renovaron su sistema de préstamo en la búsqueda de una gestión integrada de catálogo, socios y circulación.
En la universidad. La mayoría de las bibliotecas universitarias ofrecen a sus estudiantes el sistema de estanterías abiertas, condición que favorece el contacto del usuario con los libros. "No se trata sólo de brindar información a la comunidad universitaria sino de apoyar también a la docencia y la investigación, y llegar al resto de los ciudadanos. Ahora todo es más sencillo, los alumnos toman los libros y nos consultan sólo cuando tienen dudas", reflexiona Graciela Amato, directora de la Biblioteca Central Ingeniero Luis Laporte, de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (Pellegrini 250 bis).
Por otro lado, la biblioteca accede on line a más de 11 mil títulos de revistas científico-técnicas y 9 mil libros, material que genera la Biblioteca del Ministerio Nacional de Ciencia y Tecnología de la Nación, para los investigadores. "Este es el único recurso electrónico disponible hoy en la facultad. Acceder a libros no impresos resultaría costoso para la biblioteca, por otro lado al alumno todavía le resulta más sencillo buscar el libro, leerlo y sacar fotocopias. Esta modalidad de investigar y estudiar, implicaría mucho tiempo de consulta frente a la computadora, algo que no sería posible de implementar debido a la escasa disponibilidad de máquinas", admite Amato.
De acuerdo con los recursos tecnológicos implementados en cada institución, sea pública o privada, difiere la modalidad de búsqueda y préstamo del material. Esta biblioteca fundada en 1921 dispone en la actualidad de un software propio para la búsqueda de material, y pronto incorporará un programa llamado Marco Polo, que le permitirá conocer entre otras cosas, el porcentaje de alumnos lectores y los libros más consultados. Este sistema ya funciona en otras bibliotecas del país.
Conectividad. La Biblioteca de la Universidad Católica Argentina (Pellegrini y Crespo), en cambio, suscribe a libros electrónicos y algunas colecciones pueden consultarse en ambos formatos. "Para desarrollar los productos que las editoriales presentan, antes hay que tener en cuenta la infraestructura, la conectividad y el plan de desarrollo de las colecciones y computadoras para el usuario. También se debe analizar si los libros se adquieren a perpetuidad o por suscripción, y si las editoriales ponen restricciones en su uso y sobre todo la cuestión de costo", especifica Pablo Murray, director de esta biblioteca que tiene automatizada la gestión de todas sus áreas.
"En el ámbito universitario, no todos los libros figuran en internet, ni todo el material se encuentra disponible, porque se trata de publicaciones pagas, restringidas o con mayores requerimientos para decodificar su lectura", agrega.
La UCA dispone de un moderno equipamiento de radiofrecuencia que permite identificar cada libro, realizar con eficiencia controles de inventario, localizar cada volumen y verificar su correcta ubicación dentro de la estantería. Con el objeto de facilitar el proceso de gestión bibliotecaria, utilizar los espacios y servicios correctamente, y a acceder al sistema de autopréstamo y autodevolución, la institución ofrece además capacitación para sus alumnos.
Con respecto al funcionamiento de esta moderna biblioteca distribuida en cinco pisos, Murray reconoce que las consultas de publicaciones periódicas, investigaciones y tesis son generalmente en formato electrónico y de acceso libre. Sin embargo, a la hora de consultar un libro, la demanda en papel continúa siendo mayor que la digital.
Biblioteca de barrio. Otra realidad atraviesa la Biblioteca Pública Municipal José Manuel Estrada (Córdoba y Servando Bayo), que acompaña la historia del barrio desde hace cincuenta años, y renovó sus instalaciones y sumó otros servicios y espacios para chicos y grandes. Esta institución funciona en la zona oeste de la ciudad, y hoy intenta adaptarse a las necesidades de los socios, a los que desde su creación conoce por su nombre.
"La gente no sólo se acerca por el libro, también encuentra un lugar en el barrio para informarse y realizar sus actividades preferidas, y como resulta sencillo asociarse lo hace toda la familia", destaca Marina Paloma, a cargo de la dirección de esta biblioteca, que en febrero asoció a más de cuarenta personas. Los talleres de ajedrez y literatura son los espacios que identifican a la biblioteca, luego están los talleres de historieta, dibujo, origami y construcción de juguetes. "También se ha convertido en un espacio para mostrar variadas producciones desde el arte, la música y el teatro", continúa.
Entre las herramientas tecnológicas disponibles en la institución, la Sala Multimedia cuenta con seis computadoras que operan con software libre y ofrecen acceso a internet, consulta de diarios y publicaciones periódicas. Este servicio, que tiene un costo mínimo y está abierto a todo público, también se utiliza para cursos y capacitaciones de otras instituciones.
En 2013, la biblioteca implementó un sistema de gestión bibliotecaria, basado en el software libre Koha, una modalidad utilizada en todo el mundo y que permite administrar los procesos bibliotecarios y gestionar diversos servicios para los usuarios. "Somos la biblioteca piloto en este proyecto gestionado a través de la Secretaría de Cultura, que en esta primera etapa incorporó el catálogo en línea con información bibliográfica de las diferentes colecciones existentes. Por ahora tenemos sólo un puesto de consulta en la biblioteca pero la idea es incorporar más computadoras". El módulo de circulación reemplazará el sistema de préstamo manual y permitirá conocer on line si el libro se encuentra prestado o se puede reservar.
Oficio de bibliotecario. Los avances tecnológicos, la informatización de catálogos y préstamo de libros, no desplazan sino que modifican la tarea del bibliotecario que enseñaba a utilizar el catálogo manual y ahora asiste al socio en el servicio on line.
"El bibliotecario ocupa el lugar de siempre, continúa en su rol de capacitador y de gestor de la información. La informática lo único que hace es ponerla a disposición del usuario de manera más simple, ágil y rápida, esto hace que su desempeño requiera cada vez de mayor profesionalización y conocimiento de las nuevas tendencias", aseguran quienes trabajan a diario en una biblioteca.
La directora de la biblioteca de Ingeniería, Graciela Amato, en su antigua tarea de bibliotecaria reflexiona sobre el tema. "Aunque ya no existe aquella máquina de escribir que ingresaba de diez a doce fichas por libro, clasificado por tema, autor y título, todavía queda mucho por hacer en la biblioteca porque alguien tiene que cargar los artículos de revistas y el material informatizado. Además investigar y ayudar al alumno a buscar material siempre será una tarea apasionante".
Dónde estudiar. En Rosario, la carrera de bibliotecología se estudia en el Instituto Superior de Educación Técnica (Iset) Nº 18. Es una formación de tres años. Se puede consultar en el segundo piso de Moreno 965.
Fuente:http://www.lacapital.com.ar/educacion/Tres-bibliotecas-rosarinas-y-sus-experencias-con-soportes-digitales--20140308-0045.html

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