3 dic 2008

Un libro de cabecera para Barack Obama

Amando Hurtado es licenciado en Derecho y escritor

Como ya había venido comentando aquí durante la campaña electoral norteamericana, la presidencia de Barack Hussein Obama - que ahora ya sabemos que podrá iniciarse el 20 de enero próximo - habrá de estar muy condicionada, no solo por imperativos inherentes a la actual estructura socio-política y económica de Estados Unidos - menos sólida y definitiva de lo que parecía - sino, sobre todo, por las transformaciones que se están produciendo en el resto del mundo.


La etapa de la historia estadounidense que concluye con la nefasta presidencia de George W. Bush es la de su hegemonía mundial, que partió realmente de la guerra contra España en Cuba - acabando de sepultar nuestro imperio colonial - y se consolidó con la quiebra de los imperios europeos y la reparcelación global, tras las grandes guerras del siglo XX . El impacto producido por la desintegración de la URSS y la transformación de la China postmaoísta en gran potencia económica y tecnológica, a la zaga de Japón, están poniendo en marcha un replanteamiento de las coordenadas internacionales cuya consecuencia inexorable, a medio plazo, será el final de la hegemonía norteamericana, al menos tal como la hemos estado viviendo durante las seis últimas décadas.


Se dice que el informe cuatrienal que publica el Consejo Nacional de Inteligencia norteamericano (NIC), cuya última edición se titula “Tendencias globales: 2025, un mundo transformado”, es ya un libro de cabecera de Barack Obama. Como si de una narración de ciencia-ficción se tratara, describe ese informe la pérdida de poder de Estados Unidos - que no podrá seguir actuando unilateralmente - y la incapacidad de Europa para traducir su enorme potencial económico en influencia global. Anuncia asimismo el peligro inminente de proliferación del armamento nuclear y de su utilización, con efectos reducidos, en mini-conflictos bélicos y en ataques terroristas.


“En un futuro próximo”, prosigue el informe, “el mundo se verá amenazado por los conflictos a los que darán lugar los controles del agua y de la alimentación, en los que intervendrán algunos estados-piratas junto a terroristas con fácil acceso tecnológico al armamento nuclear. Hacia 2025, la situación en Oriente Medio será aún más inquietante que la actual, con el recrudecimiento del terrorismo y los mini-ataques atómicos”.


Respecto al terrorismo internacional, predice el informe del NIC norteamericano que si bien la red de Al-Qaeda podría haber desaparecido, sobre todo por actos de autodestrucción y por falta de apoyo estratégico, es muy posible que surjan nuevas organizaciones terroristas y habrá que prestar especial atención a las causas que puedan generarlas. Las luchas por el poder, tanto en Irak como en Afganistán, serán la secuela inevitable de los conflictos en marcha actualmente en esos países.


Para redondear tan dramáticos augurios, el informe que comento anuncia tensiones y sobresaltos muy graves, causados por el desigual impacto de los cambios climáticos previstos para los próximos veinte años en las distintas regiones del planeta. A lo que habrá que añadir el muy superior aumento de población de los países pobres respecto a los que consideramos ricos. Afortunadamente, hacia 2025 podría finalmente remplazarse el petróleo como fuente de energía, o al menos estar a punto de lograrse esa meta. El libro de cabecera de Obama no apunta nada respecto a ningún nuevo sistema económico mundial. Lo que no deja de extrañar a los aficionados a la ciencia-ficción.


La etapa de la historia estadounidense que concluye con la nefasta presidencia de George W. Bush es la de su hegemonía mundial, que partió realmente de la guerra contra España en Cuba - acabando de sepultar nuestro imperio colonial - y se consolidó con la quiebra de los imperios europeos y la reparcelación global, tras las grandes guerras del siglo XX . El impacto producido por la desintegración de la URSS y la transformación de la China postmaoísta en gran potencia económica y tecnológica, a la zaga de Japón, están poniendo en marcha un replanteamiento de las coordenadas internacionales cuya consecuencia inexorable, a medio plazo, será el final de la hegemonía norteamericana, al menos tal como la hemos estado viviendo durante las seis últimas décadas.


Se dice que el informe cuatrienal que publica el Consejo Nacional de Inteligencia norteamericano (NIC), cuya última edición se titula “Tendencias globales: 2025, un mundo transformado”, es ya un libro de cabecera de Barack Obama. Como si de una narración de ciencia-ficción se tratara, describe ese informe la pérdida de poder de Estados Unidos - que no podrá seguir actuando unilateralmente - y la incapacidad de Europa para traducir su enorme potencial económico en influencia global. Anuncia asimismo el peligro inminente de proliferación del armamento nuclear y de su utilización, con efectos reducidos, en mini-conflictos bélicos y en ataques terroristas.


“En un futuro próximo”, prosigue el informe, “el mundo se verá amenazado por los conflictos a los que darán lugar los controles del agua y de la alimentación, en los que intervendrán algunos estados-piratas junto a terroristas con fácil acceso tecnológico al armamento nuclear. Hacia 2025, la situación en Oriente Medio será aún más inquietante que la actual, con el recrudecimiento del terrorismo y los mini-ataques atómicos”.


Respecto al terrorismo internacional, predice el informe del NIC norteamericano que si bien la red de Al-Qaeda podría haber desaparecido, sobre todo por actos de autodestrucción y por falta de apoyo estratégico, es muy posible que surjan nuevas organizaciones terroristas y habrá que prestar especial atención a las causas que puedan generarlas. Las luchas por el poder, tanto en Irak como en Afganistán, serán la secuela inevitable de los conflictos en marcha actualmente en esos países.


Para redondear tan dramáticos augurios, el informe que comento anuncia tensiones y sobresaltos muy graves, causados por el desigual impacto de los cambios climáticos previstos para los próximos veinte años en las distintas regiones del planeta. A lo que habrá que añadir el muy superior aumento de población de los países pobres respecto a los que consideramos ricos. Afortunadamente, hacia 2025 podría finalmente remplazarse el petróleo como fuente de energía, o al menos estar a punto de lograrse esa meta.


El libro de cabecera de Obama no apunta nada respecto a ningún nuevo sistema económico mundial. Lo que no deja de extrañar a los aficionados a la ciencia-ficción. Amando Hurtado es licenciado en Derecho y escritor

Fuente:http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=27814

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