1 dic 2008

¿Cómo está su estado de ánimo?


Fernando Vigorena
La mayoría de los individuos hacen muy poco para dirigir conscientemente sus estados de ánimo sin embargo, cambiar de estado de ánimo, es lo que desea la mayoría.


La mayoría de los individuos hacen muy poco para dirigir conscientemente sus estados de ánimo. Se levantan deprimidos o con buen pie; una buena mañana los anima, o una mala los hunde. Se ve más claro en el deporte. Nadie gana siempre, pero existen ciertos atletas que disfrutan de la capacidad de aprovechar todos los recursos casi a voluntad, y están casi siempre a la altura de la ocasión.

Cambiar de estado de ánimo, es lo que desea la mayoría. Uno querría ser feliz, alegre y quizá más equilibrado; otro anhela la paz mental o salir de un estado que no le agrade. Se sienten frustrados, furiosos, abatidos o aburridos. ¿Qué hacen entonces la mayoría? Pues digamos que prenden la televisión, para que les proporcione representaciones nuevas que puedan interiorizar. Ven las noticias o alguna otra cosa, ríen o se lamentan del mundo. Ya no se sienten en estado de frustración. Entonces van y comen algo, o se fuman un cigarro o un trago. En una tesis más positiva, podrían salir o hacer ejercicio.

La única dificultad, con la mayor parte de estos planteamientos es que los resultados no duran. Cuando se acaba el espectáculo televisivo, se encuentran con las mismas representaciones de antes acerca de sus vidas. Cuando lo recuerdan, vuelven a sentirse mal; mientras tanto aquella comida en exceso, aquel trago o los cuadros dramáticos de la televisión, ya han sido consumidos. Ahora hay que pagar el precio de ese temporal cambio de ánimo. La idea es enfrentar con éxito y cambiar sus representaciones internas y su filosofía, sin recurrir a apoyos externos que muchas veces añaden más problemas a largo plazo.

¿Por qué la gente cae en este estado? Porque buscan soluciones fáciles y no conocen otra manera de obtener un mejor estado.

En cambio las personas que han alcanzado la excelencia son maestras en beber de las fuentes más generosas de su propio cerebro. Eso es lo que los distingue del montón. Lo que más importa recordar es que el estado de ánimo de uno contiene un poder impresionante y que uno puede controlarlo. No es forzoso vivir entregado al azar de los acontecimientos.Hay muchos factores que influyen en su estado de ánimo, entre ellos, y quizá el más importante es la sumatoria de sus creencias.

La gente desarrolla con frecuencia creencias limitadoras acerca de quienes son y de qué son capaces. Como no han alcanzado éxito en el pasado, creen que no lo podrán alcanzar en el futuro. Como resultado, y a partir de su temor al dolor, empiezan a enfocar constantemente la atención en ser "realistas". La mayoría de quienes dicen una y otra vez "seamos realistas", están viviendo en realidad en el temor, mortalmente asustados ante la posibilidad de verse defraudados de nuevo. A partir de ese temor, desarrollan creencias que les hacen vacilar, no están dispuestos a entregarlo todo y, en consecuencia, obtienen resultados limitados.

Las creencias son la brújula, los mapas que nos guían hacia nuestros objetivos y nos inspiran la confianza en que sabremos alcanzarlos. A falta de estos o de la esperanza de construirlos, los seres humanos llegan a verse totalmente desamparados, como barcas sin motor ni timón. En cambio, con creencias firmes que sirvan de guía, uno se ve capaz de emprender la acción y de dar forma al mundo en que desea vivir.

Pero,…. ¿que son las creencias? Son planteamientos preformados y preorganizados de lo que somos capaces de hacer. Un verdadero programa computacional, que filtra de una manera coherente nuestra comunicación con nosotros mismos.

¿De dónde proceden las creencias? ¿Por qué ciertas personas tienen creencias que impulsan hacia el éxito y otras al fracaso?

Una primera creencia es el ambiente que nos rodea. La segunda son los acontecimientos, grandes y pequeños que nos toca vivir, otra es el conocimiento que adquirimos en la vida y la creación de resultados a partir de los resultados anteriores.Todos los progresos personales empiezan con un cambio en las creencias.

A menudo nos vemos inclinados a creer que las circunstancias controlan nuestras vidas, y que el ambiente nos ha configurado tal y cómo somos. Jamás podría haberse dicho una mentira mayor. No son las circunstancias de nuestras vidas las que nos configuran, sino nuestras creencias acerca de lo que significan esas circunstancias. Necesitamos recordar que la mayoría de nuestras creencias son generalizaciones sobre nuestro pasado, basadas en nuestras interpretaciones de experiencias dolorosas y placenteras.

En una muralla de un café en el Silicon Valley en Estados Unidos, se lee una frase, de un par de aventureros que lograron cambiar el mundo. Ellos superaron sus creencias limitadoras.

"Entonces nosotros fuimos hasta la Atari y les dijimos: Miren, conseguimos este aparato sorprendente juntando una piezas de sus propias máquinas.¿Como encuentran la idea de financiarnos y nosotros le damos el proyecto a ustedes?. Paguen nuestros sueldos y nosotros trabajamos para ustedes. Ellos dijeron: no. Entonces nos fuimos hasta la Hewlett Packard y ellos dijeron: ¡"Miren, nosotros no necesitamos de un par de mocosos que ni siquiera han salido de la Universidad!"
Steve Jobs e Steve Wozniak, tentando interesar a Atari o HP en la producción de un aparato extraño que ellos habían inventado en el garaje de su casa, la computadora personal.Transcurrían los primeros meses de 1968¿Cuáles son sus creencias y cuales está dispuesto a configurar de forma diferente de ahora en adelante para lograr su éxito?

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